martes, 18 de octubre de 2011

mito teógonico

1. El Nacimiento de Eros. (El Simposio o Banquete). En este Diálogo se proponen una serie de «encomios» o piezas retóricas de carácter elogioso, sobre el tema del Amor, que se ordenan sucesivamente como una transfiguración entre lo dionisíaco y lo apolíneo, coronados por el discurso de Sócrates. Aquí se exponen algunas interesantes concepciones míticas a cargo de los participantes al banquete dignas de ser mencionadas. La exposición de Pausanias asocia a Eros con el servicio que le presta a la Diosa Afrodita y distingue, por lo tanto, un Eros Pandemos y un Eros Uranios; un amor apasionado, irreflexivo y vulgar, y otro de origen divino que motiva el perfeccionamiento del ser amado inegoístamente. Uno está inspirado por la Musa Polimnia y el otro por Urania. Tras la exposición de Aristófanes, orientada hacia lo antropológico, y de Agatón, en cuya casa se efectúa el simposio, que lo hace un Dios bello y perfecto, expone Sócrates, para cerrar, una conversación que habría sostenido con Diótima de Mantinea, profetisa e Iniciada, en donde se concluye que Eros es gestado cuando la Pobreza (Penia) llega a mendigar a la puerta de la mansión de los Dioses, del que ha salido Poros (Riqueza, Recurso) embriagado, para descansar en el jardín. Entonces Penia decide tener un hijo de Poros y se acuesta a su lado. De tal modo es engendrado Eros, que es un Genio y no un Dios, que vive miserable pero ama la abundancia, que no es bello ni tampoco definitivamente feo, y que Platón relaciona con el filósofo que ama la Sabiduría porque no la posee.

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